¿Qué se tiene que hacer para resolver el problema?
Sin pretender convertirnos en oráculo de las soluciones
al problema planteado,
a continuación nuestro punto de vista sobre algunas
soluciones potenciales:
Como en todo problema, el primer paso para su solución
reside en la aceptación plena del problema tal como es, en su magnitud y
gravedad implícita, con transparencia y sin temores derivados de intereses
políticos o de cualquier otro tipo, más allá del bien común de los ciudadanos.
Enfocar el problema en su contexto amplio, sin anticipar
soluciones a la ligera, tan comunes a nuestra idiosincrasia política, en busca
de una solución integral que identifique con toda claridad donde se ubican las
fuentes potenciales de suministro confiable a corto, mediano y largo plazo y la
factibilidad real de llevar el agua, en tiempo y costo accesible hasta el punto
en que el usuario la requiere.
Siguiendo la metodología delineada en los dos puntos
anteriores nos atrevemos a concluir que las únicas fuentes confiables de abasto
de agua para las zonas urbanas del estado son: 1) La transferencia de agua del Río Colorado a la Zona Costa, y 2) Desalación de agua de mar.
Difícilmente podría ampliarse el portafolio de opciones a
otras alternativas de abasto externo, salvo otras fuentes tales como el
reciclaje del agua para usos diferentes al consumo humano, como el riego de
campos de golf, parques, jardines, etcétera y por supuesto, eficientar los
sistemas de distribución para reducir mermas e inclusive como materia de trueque
con zonas agrícolas con disponibilidad de acuíferos, esto último menos factible
por la antes comentada situación de sobreexplotación.
1.
Transferencias de Agua: Concentrándonos en las fuentes de
abasto externo, como comentábamos antes, el Valle de Mexicali genera un desperdicio
de agua del orden de 1000 millones de metros cúbicos anuales, de los cuales
aproximadamente la mitad provienen de las redes de conducción (mayor y menor) y
el resto de prácticas obsoletas de irrigación en campo, debido a la falta de
financiamientos adecuados para la modernización de los mismos.
La población oficial proyectada para la Zona Costa en el
año 2035 es de 4.5 millones de habitantes, cuyo requerimiento de agua de
acuerdo a la dotación estándar de 215 litros por habitante – día, ascendería a
11,258 lts/seg, equivalentes a 355 millones de metros cúbicos anuales, 238.3 millones
mas que los 116.7 que actualmente se transportan por el acueducto.
Los 238.3 millones
de metros cúbicos adicionales representan únicamente el 23.8 % del desperdicio
total del Valle de Mexicali y con ello se garantizarla el abasto de la Zona
Costa, incluyendo Ensenada, hasta el año 2035.
Además de lo anterior, la recuperación parcial de ese desperdicio (dada la imposibilidad de recuperación del total ya que incluye pérdidas por evaporación), sería suficiente para hacer frente a las demandas crecientes de Mexicali, San Luís Río Colorado y los demás poblados del Valle y mantener adicionalmente programas sustentables para los humedales de la costa del Golfo y la rehabilitación del delta, todo ello sin afectar una sola hectárea de cultivo.
Además de lo anterior, la recuperación parcial de ese desperdicio (dada la imposibilidad de recuperación del total ya que incluye pérdidas por evaporación), sería suficiente para hacer frente a las demandas crecientes de Mexicali, San Luís Río Colorado y los demás poblados del Valle y mantener adicionalmente programas sustentables para los humedales de la costa del Golfo y la rehabilitación del delta, todo ello sin afectar una sola hectárea de cultivo.
Es importante destacar los recientes convenios entre el
Valle Imperial y San Diego en California donde se firmó una transferencia de
agua del primero en beneficio del segundo, por 264.8 millones de metros cúbicos
(200,000 acres-pie), procedentes de ahorros de agua derivados de la conducción
y mejores prácticas de irrigación, en una zona cuyas practicas de cultivo tienen
un nivel de modernización considerablemente mas avanzado que el nuestro.
2.
Desalación de Agua de Mar: Esta fuente alterna de “producción” de
agua ha venido manejándose como la panacea para resolver todos los males de abastecimiento.
Sin embargo la única capacidad de desalación significativa se encuentra en el
Golfo Pérsico, en islas con limitadas fuentes de abastecimiento y en otras
localizaciones donde no hay alternativas y la población está dispuesta a pagar
altos precios por el agua.
En los Estados
Unidos prácticamente todas las plantas desaladoras en operación son pequeños
sistemas para abastecer actividades turísticas, industriales y comerciales de
alto valor agregado.
El mayor interés
por proyectos de desalación se ha disparado en el estado de California que por
su expansivo incremento de población y los daños ecológicos causados por otras
fuentes tradicionales de abastecimiento han forzado a las autoridades
competentes a replantear las políticas y prácticas de administración del agua.
Las diversas
propuestas para llevar a cabo este tipo de proyectos han generado fuertes
controversias por sus altos costos, la demanda masiva de energía que requieren
y los impactos ambientales directos e indirectos.